jueves, 23 de octubre de 2014

En el municipio de Cotuí, provincia Sánchez Ramírez, cientos de campesinos herederos de la familia Rosario-Díaz diseminados por todo el país, se concentraron frente a las instalaciones de la empresa minera Barrick Gold, reclamando el pago de los terrenos ocupados por la multinacional.
Por más de treinta años, estos campesinos han esperado la retribución económica por estos terrenos, herencia que fue traspasada por sus antepasados, cinco generaciones atrás.
Se habla de alrededor de 1,500 millones de dólares, de las tres cuartas partes del todo el terreno que ha sido explotado, de los cuáles serían beneficiadas  más de cinco mil personas de aproximadamente 40 familias, que permanecen luchando para recibir el pago de lo que de antemano les pertenece.
El abogado Jhonny Portorreal es el que les brinda a estas familias la asesoría legal, y quien en marzo del año 2013 interpusieron una demanda ante el tribunal de Cotuí solicitando todas las parcelas que estaban dentro de la reserva fiscal minera, ganando esa demanda incidental, aunque todavía está pendiente un recurso de amparo contra la reserva fiscal minera en la Suprema Corte de Justicia.

Portorreal aseguró que el proceso se ha dilatado tanto a causa del Estado, que según el, tiene una doble moral.

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